miércoles, 8 de octubre de 2014

La Melé I

La melé I.
Sin duda alguna una de las facetas que más ha evolucionado en estos últimos años, aunque curiosamente, también es una de las que más se ha reducido la cantidad en cada partido.
La mejora técnica de los jugadores hace que cada vez se produzcan menos balones adelantados, ello ha conllevado que se señalen menos melés en los encuentros. Esto no ha mermado el interés por la mejora, y el estudio de todos los aspectos que influyen para ganarla.
La prioridad en la melé es la seguridad. Suele ser el origen de muchas lesiones. Por lo tanto, debemos incidir en la protección de los jugadores que participan en la melé.
La melé comienza mucho antes del gesto de entrar en contacto con el equipo contrario.
Empezaremos en los entrenamientos en reforzar las partes del cuerpo que más sufren los excesos del esfuerzo. A continuación, trabajaremos los agarres, seguidamente la posición. Una vez asimilados estos conceptos, estudiaremos los empujes, el talonaje, el giro y las salidas. Después de todo ello, utilizaremos el melier, en esta máquina empezaremos trabajando la entrada, respetando los pasos que nos marcan los colegiados.
A partir de este momento, el trabajo de melé debe ser continuo.
Quizá lo más significativo, ocurre precisamente antes de entrar en la melé, es decir, la posición del cuerpo, el agarre, la coordinación, la comunicación y la psicología. Como decía antes, el estudio ha llevado a separar todos estos facetas, entrenarlas de manera separada, para luego integrarlas todas ellas en la entrada a la melé. El concepto de hora tras hora, entrenamiento tras entrenamiento, utilizar el melier única y exclusivamente como forma de práctica de la melé sirve para muy poco.
La posición del cuerpo, es de todo lo indicado lo que más ha evolucionado, se estudia al milímetro como incide la posición en la estabilidad, con los avances tecnológicos de hoy en día, se consigue un estudio muy detallado. También la mala posición puede ser la causa de un empuje inútil.
En cuanto al agarre, se ha mejorado en el cómo y dónde agarro.
La coordinación, para conseguir, fundamentalmente, un único empuje.
La comunicación entre todos los jugadores de la delantera incluido el número 9, para que en todo momento, sepan lo que hay que hacer.

Para finalizar, otra de las vertientes importantes, la visualización, la motivación, influyen notablemente. Recordemos, que en si mismo dentro del partido, cada melé es una pequeña batalla.

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