La melé I.
Sin
duda alguna una de las facetas que más ha evolucionado en estos últimos años,
aunque curiosamente, también es una de las que más se ha reducido la cantidad
en cada partido.
La
mejora técnica de los jugadores hace que cada vez se produzcan menos balones
adelantados, ello ha conllevado que se señalen menos melés en los encuentros.
Esto no ha mermado el interés por la mejora, y el estudio de todos los aspectos
que influyen para ganarla.
La prioridad en la melé es
la seguridad. Suele ser el origen de muchas lesiones. Por lo tanto, debemos
incidir en la protección de los jugadores que participan en la melé.
La melé comienza mucho antes
del gesto de entrar en contacto con el equipo contrario.
Empezaremos en los
entrenamientos en reforzar las partes del cuerpo que más sufren los excesos del
esfuerzo. A continuación, trabajaremos los agarres, seguidamente la posición.
Una vez asimilados estos conceptos, estudiaremos los empujes, el talonaje, el
giro y las salidas. Después de todo ello, utilizaremos el melier, en esta máquina
empezaremos trabajando la entrada, respetando los pasos que nos marcan los
colegiados.
A partir de este momento, el
trabajo de melé debe ser continuo.
Quizá
lo más significativo, ocurre precisamente antes de entrar en la melé, es decir,
la posición del cuerpo, el agarre, la coordinación, la comunicación y la
psicología. Como decía antes, el estudio ha llevado a separar todos estos
facetas, entrenarlas de manera separada, para luego integrarlas todas ellas en
la entrada a la melé. El concepto de hora tras hora, entrenamiento tras
entrenamiento, utilizar el melier única y exclusivamente como forma de práctica
de la melé sirve para muy poco.
La
posición del cuerpo, es de todo lo indicado lo que más ha evolucionado, se
estudia al milímetro como incide la posición en la estabilidad, con los avances
tecnológicos de hoy en día, se consigue un estudio muy detallado. También la
mala posición puede ser la causa de un empuje inútil.
En
cuanto al agarre, se ha mejorado en el cómo y dónde agarro.
La
coordinación, para conseguir, fundamentalmente, un único empuje.
La
comunicación entre todos los jugadores de la delantera incluido el número 9,
para que en todo momento, sepan lo que hay que hacer.
Para
finalizar, otra de las vertientes importantes, la visualización, la motivación,
influyen notablemente. Recordemos, que en si mismo dentro del partido, cada
melé es una pequeña batalla.
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