Recuperemos la importancia
del balón.
Digo
recuperar el balón y me refiero, al
juego en sí, creo que se está dando más importancia a muchas cosas que no
tienen nada que ver con el juego, comportamientos que a mi modo de ver son más
de “fútbol” que de rugby, se empieza a ver protestas con respecto a los
árbitros, incluso criticas del mismo antes de comenzar el partido. Jugadores
que no asisten a los entrenamientos y exigen jugar, incluso en la posición que
lo deben hacer. Falta de respeto al entrenador. También entrenadores y/o
jugadores y/o aficionados que fomentan el lesionar o pegar a un contrario.
Entrenadores y/o directivos que quieren ganar a cualquier precio. En varias
ocasiones, muchos jugadores se quejan por la falta de compromiso de compañeros,
cuando creo que deben ser los mismos compañeros con su actitud los que deben
demostrar algo mucho más importante que el compromiso, el involucrarse con y
para el equipo, a veces, los jugadores que reclaman compromiso, son los mismos
que con su actitud hacen qu los demás desistan en involucrarse. Gente que llega
al campo y exige que en el vestuario este su equipación perfectamente preparada
como si de un equipo de “fútbol profesional” se tratara. Demandas al club, por
parte de jugadores, cuando ellos lo único que deben hacer es jugar, y si tienen
alguna petición, volvemos a lo mismo, quizá debieran involucrarse en la
directiva, o como mínimo hacerse socio de su club, que en pocas palabras es el
que le permitir practicar el deporte que supuestamente quieren. Muchos están
dando más importancia al individuo que al equipo o al mismo club. El jugador
debe asistir a los entrenamientos con una actitud positiva, con ánimo de
aprender, con humildad y respeto. El jugador a jugar, el entrenador a entrenar,
los directivos a dirigir y el aficionado a disfrutar. Uno debe dejar los
prejuicios a un lado. Se ha perdido los valores fundamentales del rugby, los
que vienen reflejados en el reglamento SOLIDARIDAD,
RESPETO, PASIÓN, INTEGRIDAD Y HUMILDAD, en este último caso, como se solía decir, con
una H tan grande como los palos de rugby.
Muchos
jugadores señalan al cuerpo técnico o a la directiva como culpables de lo que
ocurre, e incluso de lo que pueda ocurrir. Puede ser que tengan razón o motivos
para ello. Pero, no me parece correcto que los jugadores no autoanalicen su
actitud, para poder ser conscientes de lo que sucede en el equipo, quizá con
este análisis uno podrá darse cuenta que al ser el rugby un deporte colectivo,
todos tienen su parte de implicación en la solución, simplemente a esto se le
llama SOLIDARIDAD, RESPETO, PASIÓN,
INTEGRIDAD Y HUMILDAD.
Creo
que se debe recuperar, quizá, lo más grande de nuestro deporte, esos valores
que tradicionalmente nos han identificado. Hay que olvidar todas aquellas cosas
que son como satélites con respecto a lo más importante, el juego, olvidemos la
palabra divertirse, para divertirse uno se va a tomar cervezas con los amigos,
al rugby uno va a disfrutar. Eliminemos del vocabulario de un rugbier el
vocablo compromiso, hay que involucrarse. Tengamos respecto por los entrenadores,
asumamos que no somos All Blacks, y que cada día de entrenamiento es una
oportunidad para mejorar. Valoremos la formación de cualquier
miembro de nuestro club que decida formarse como jugador, asistiendo a alguna
escuela de verano, y sobretodo a alguno que decida ser entrenador y para ello
acceda al titulo nivel I, II, etc. Asistir a un entrenamiento con SOLIDARIDAD, RESPETO, PASIÓN, INTEGRIDAD Y
HUMILDAD, también es formarse, es olvidarse de todo lo ajeno al juego.
El corazón de un jugador de rugby, debe tener la forma de un balón, y
sus ojos deben mirar las cosas en clave de rugby, con ello, se dará importancia
al juego y recuperaremos el balón.